El Cannabis Sativa es una planta que está constituida por distintos cannabinoides de distinta tipología. Mismas que son sustancias químicas capaces de entrar en contacto con los receptores corporales por medio de enlaces. Pero gracias a dichas alteraciones generadas en nuestro cuerpo, se le atribuyen propiedades aliviadoras y hasta curativas ante distintas patologías. Entre ellos encontramos el THC y CBD.
El THC o también conocido como tetrahidrocannabinol y el CBD o cannabidiol, son elementos de la planta Cannabis sativa. Ambos se ubican en sus semillas, en el tallo y en la flor.
El CBD no contiene THC, por tanto resulta ser un compuesto natural que no posee efectos psicoactivos ni psicotrópicos, a diferencia del propio cannabis. Mima que puede llevar a los efectos de euforia, confort y adicción.
Así pues, el CBD y el THC no son lo mismo, aunque el THC es el compuesto psicotrópico predominante en el planeta.
Las plantas de cannabis que poseen niveles de THC elevados, pueden llegar a ser una droga perjudicial para el sistema nervioso. Sin embargo, quienes poseen bajas concentraciones de tetrahidrocannabinol son útiles en el campo de la salud.
Beneficios del CBD
Los beneficios del CBD, llegan a ser la relajación muscular, el crecimiento de convulsiones o la reducción de la ansiedad, entre otros. La Organización Mundial de la Salud estima que el CBD no es una sustancia adictiva y le atribuye características terapéuticas, que aún permanecen bajo análisis.
El THC, por otro lado, se le atribuyen efectos psicoactivos, y características narcóticas, relajantes, así como antiinflamatorias.
El punto legal de ambos cannabinoides depende de la nación donde nos encontremos. Hasta diciembre de 2020, la legislación de cada territorio mantenía el cannabis, y por consiguiente sus cannabinoides, en la lista de sustancias prohibidas. Sin embargo, esto ha cambiado una vez que su consumo sea con objetivos medicinales.
